Peso Puma

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En un mundo donde la juventud a menudo se roba el protagonismo en eventos culturales y musicales, es un alivio y una inspiración ver cómo el Festival del Huaso de Olmué le ha dado una vitrina privilegiada a un artista de 81 años como José Luis “El Puma” Rodríguez. Este gesto no solo resalta el talento de un músico de gran trayectoria, sino que también subraya la importancia de reconocer y valorar la contribución de artistas de todas las generaciones. En días en que se está debatiendo airadamente si el festival de Viña debe o no tener a tal o cuál joven cantante de moda, es un regalo poder ver a un artista como “El Puma”, vigente, talentoso y protagonista.


En una sociedad que a veces parece obsesionada con lo nuevo y lo moderno, existe una tendencia a pasar por alto a aquellos artistas que han dedicado décadas de sus vidas a perfeccionar su arte. José Luis Rodríguez, conocido por su vasta carrera y su innegable talento, es un recordatorio de que la música no tiene fecha de caducidad. La experiencia y la dedicación se convierten en una fuente invaluable de autenticidad y maestría que merece ser apreciada.


Al brindar un espacio importante a Rodríguez, el Festival del Huaso de Olmué envía un mensaje claro: la calidad y la capacidad de cautivar al público no están limitadas por la edad. La música es un lenguaje universal que puede conectar a personas de todas las generaciones, y los eventos culturales deben reflejar esta diversidad. Es imperativo superar la tendencia de enfocarse exclusivamente en artistas jóvenes y modernos. Si bien es cierto que la juventud trae consigo una energía fresca y perspectivas novedosas, la riqueza de la música radica en su capacidad para abrazar una variedad de estilos y experiencias. Por tanto, como forma de expresión artística, debería ser un puente entre generaciones,
conectando el pasado con el presente de una manera armoniosa.


Al integrar a artistas mayores en eventos masivos como el Festival del Huaso de Olmué, no solo se da espacio a las audiencias de personas mayores, sino que también se fomenta la interacción y la comprensión mutua entre diferentes generaciones. Este intercambio beneficia a la sociedad en su conjunto, ya que las experiencias de vida y las perspectivas diversas contribuyen a enriquecer el tejido cultural y social.


La inclusión de José Luis Rodríguez en el Festival de Olmué es un paso hacia la creación de un espacio cultural más diverso e inclusivo. Celebremos no solo la música, sino también la variedad de voces y estilos que enriquecen nuestro panorama cultural. Al hacerlo honramos a artistas como Rodríguez y también reconocemos la importancia de una expresión artística intergeneracional que resuene en todos los corazones, independientemente de la edad. Gracias a Olmué por darle peso al Puma.

Consuelo Moreno
Directora Ejecutiva de Fundación Grandes