Un reciente seminario en el auditorio de la Caja Los Andes, organizado por la psicóloga Rosa Martínez Sánchez en colaboración con la psicóloga María Teresa Salinas, abordó un tema crucial: el edadismo, esa discriminación sutil pero perjudicial, especialmente en el ámbito laboral, hacia las personas mayores.

La iniciativa nació de una experiencia personal de la psicóloga Martínez Sánchez, quien, tras ser despedida del Liceo Experimental de la Umag, reconoció el patrón de una realidad social, cultural e incluso normativa que afecta a muchos. «Me tocó vivir una experiencia muy nociva… en un primer momento pensé que tenía un carácter individual, luego entendí que lo vivido correspondía a una realidad mucho mayor», explicó la organizadora. Fue entonces cuando identificó el término: «Edadismo. Es decir, la discriminación (entre ella laboral) de la cuales somos víctimas los adultos mayores o mejor dicho sin ningún adorno ni eufemismos: los viejos».

Consciente de que «aquello que no tiene nombre no existe» desde una perspectiva psicológica, Rosa Martínez sintió la necesidad de «sacar a la luz esta realidad, la cual se ha normalizado y la que lamentablemente puede llegar a ser muy cruel». El evento contó con la participación de destacadas expositoras como la abogada especialista en Edadismo, Consuelo Moreno; la presidenta del Colegio de Psicólogos de Chile, Francisca Pesse; y la antropóloga de la Umag, doctora Flavia Morello.

Para Martínez Sánchez, quien ha sido miembro ininterrumpido del Colegio de Psicólogos de Chile desde 1979, este seminario reafirma la convicción de que los profesionales de las ciencias humanas y sociales «tenemos el deber de ser agentes de cambio» y contribuir a una sociedad más justa. Lo primero es crear conciencia sobre los efectos del edadismo en un sector de la población que debería ser «considerado y respetado».

Un mensaje esperanzador del seminario es que el edadismo «no es un fenómeno intrínseco a la naturaleza humana, el edadismo es sólo una creación o es un constructo de índole cultural y como tal, es factible de ser modificado».

Por ello, Rosa Martínez Sánchez hizo un llamado a los asistentes a comprometerse firmemente en la tarea de reparar la imagen de la persona mayor. «Si todos colaboramos podremos revertir los nefastos efectos del edadismo, el cual, de manera ladina, solapada o sagaz, ha ido despojando del respeto y de la dignidad a un sector tan importante y que se ha ido tornando mayoritario en nuestra sociedad, como somos los adultos mayores», concluyó.