Opinión: Juegos Para Todos

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Juegos Para Todos

Los recientes Juegos Panamericanos celebrados en Santiago, no sólo fueron una exhibición de destrezas y competitividad, sino también un testimonio del poder transformador de la integración intergeneracional.
Como lo demostró el ejemplo de Zhiying Zeng, la deportista chilena de origen chino que con sus 57 años, sorprendió en el tenis de mesa, la interacción entre atletas de diferentes edades y experiencias, así como ver a las distintas generaciones juntas copando las graderías y estadios, la coexistencia de generaciones en estos juegos no solo enriqueció la competencia, sino que también transmitió un mensaje claro sobre la importancia de aprender unos de otros.

La integración intergeneracional en todas las dimensiones de la vida, así como en el deporte, es un puente que conecta el pasado con el presente y construye un camino hacia el futuro. Los más jóvenes pueden beneficiarse de la experiencia de aquellos que han recorrido el camino antes que ellos y, al mismo tiempo, los mayores pueden encontrar inspiración en la energía y la pasión de la nueva generación, entre otros muchos beneficios, como lo vimos en los Panamericanos. La propia Zhiying declaró: “Mi mensaje para chicos y mayores es que nunca es tarde para ninguna cosa. Siempre hay tiempo, pero hay que iniciar”.

La diversidad generacional no solo fomenta la camaradería, sino que también fortalece la cohesión social. Uno de los beneficios de estos Juegos Panamericanos, fue poder ver de nuevo a jóvenes y mayores con sus familias, compartiendo y disfrutando la experiencia, lazos que si los promovemos y construimos a largo plazo, van forjando un tejido social que trasciende las fronteras temporales y barreras generacionales.

Al destacar el valor de la experiencia acumulada y la vitalidad de la juventud, los juegos Panamericanos nos recuerdan que el respeto mutuo y la colaboración pueden ser tan cruciales en el campo de juego como en la vida diaria.

En un mundo que a veces parece dividido por diferencias generacionales, los deportes tienen el poder de unirnos. Los juegos Panamericanos en Santiago han demostrado que, al trabajar juntos y reconocer las fortalezas de cada generación, podemos construir un futuro más fuerte y cohesionado.
En última instancia, los verdaderos ganadores de estos juegos no son solo aquellos que subieron al podio, sino todos nosotros, como sociedad, que presenciamos el espectáculo inspirador de la integración intergeneracional en acción. Que esta lección perdure más allá de las competiciones deportivas y se refleje en nuestra vida cotidiana, recordándonos que todos tenemos un papel vital en el equipo de la humanidad, independientemente de la generación a la que pertenezcamos.

Eduardo Díaz del Río
Fundador y Presidente
Fundación Grandes